Al mismo tiempo su exsocio y esclavo sexual sin sexo, Daryl, huye en otra dirección para salvar el pellejo, pero su objetivo es encontrar a Marsha y cobrarse en sexo la deuda que ella tiene con el (su sueldo consiste en sexo una vez al año). Daryl por el camino caerá en manos de pervertidos, sufrirá en su propio cuerpo, especialmente en su pene, ( que finalmente se desdobla en su primer amigo verdadero, un amigo muy especial), todo tipo de desastres.

El listado de personajes, extras, situaciones incomprensibles, imposibles e inimaginables del texto me genera una gran curiosidad por la película que al parecer se está preparando a partir de esta novela. Seguramente esa curiosidad, más que morbosa sorprendida, es lo que nos mantiene alerta a todos los que hemos leído los libros y visto las películas de John Samuel Waters junior, nacido en Baltimore hace 76 años. Posiblemente hay que nacer en Baltimore de una familia burguesa para transformarse en este personaje cuyo mejor amigo desde la adolescencia fue la protagonista de muchas de sus películas y su inspiración, Divine, y su ídolo el cantante Little Richard. Waters es el rey de la cultura trash (por supuesto significa basura), y no voy a enumerar aquí sus films ni sus libros porque si usted, improbable lector, ha llegado hasta aquí es que es otro miembro de mi club de seguidores deplorables de este artista mas clasificable de lo que él hubiera querido, que ha sido finalista (a pesar de todo) de varios premios Grammy y nombrado en 2018 oficial de la Orden de las Letras y las Artes por el Gobierno francés, y que tiene desde 2023 una estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood. Pero, más importante que todo eso, y aun mas sorprendente de que siga haciendo películas y publicando libros (y traduciéndolos al español para que los leamos los que no hemos ido nunca a Baltimore) es que hayamos visto sus películas y disfrutado viendo a Divine (Glenn Milstead de nombre y nacido también en Baltimore) comer mierda de perro.